Monday, May 19, 2008

Rajoy en la cuerda floja


Rajoy ha sido candidato en dos ocasiones porque ha demostrado que sabe vender humo. Podríamos decir incluso hasta que ha practicado los juegos malabares en su partido para mantenerse en la estructura de poder que ahora le cuestiona.

Algunos le achacan falta de discurso político que sería más soportable si Rajoy ejerciera un liderazgo personal muy fuerte y carismático o si tuviera una amplia estructura propia de poder dentro del partido. Ninguna de esas dos cosas se produce en la actualidad, de manera que la fortaleza de Rajoy se está basando casi exclusivamente en el hecho de que no tiene alternativa posible.

Comienza a extenderse la idea de que la mayoría de militantes del PP teme un congreso fallido. Creo que a estas alturas, muy pocos confía en que el nuevo equipo que ha construido Rajoy, sobre el que va a recaer el motor de una nueva estrategia, sea capaz de controlar con éxito algo tan complicado como el congreso que se celebrará en Valencia el próximo mes de junio. El congreso dependerá más bien de lo que quieran los barones por mucho que Rajoy quiera imponer sus criterios.

En cuanto a la posición de Aznar en todo este jaleo, muchos dicen que a través de su esposa, la doña Ana Botella, Aznar ya ha dejado caer un mensaje. Otros sin embargo, creen que Aznar aprovechará el congreso para llamar al orden y dar directrices nuevamente, en calidad de “pater” desde su bien acomodada fundación.

La cuestión es que todo esto ha venido dado porque en verdad, el PP tenía que ser una opción de centro que apostase por el papel protector del Estado y no un partido ideológico del neoliberalismo.

Así que Rajoy tiene muchas corrientes en su contra. La primera es que al anunciar tantos cambios ha molestado a diversas fracciones de la derecha, la prensa que hacía seguidismo, ahora ha dejado de obedecer, la que provenía del aznarismo activo y multiforme, la de los que secundaban la ambición de Esperanza Aguirre y la de los que se sienten postergados por la irrupción del nombramiento de Soraya.

Y finalmente, Rajoy después de dos legislaturas como candidato, empieza tarde su viraje hacia el centro y difícilmente tendrá el apoyo de muchos que le atribuyen precisamente responsabilidad por haber protagonizado una estrategia de oposición absolutamente radical en la pasada legislatura.

Esta vez a Rajoy le costará hacer uso de sus juegos de Ilusionista, la gente ya se sabe sus trucos.